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Mostrando entradas de 2018

Oasis

No lo sé. No sé cuántas veces te lo voy a tener que decir, Pero no tengo ni puta idea. El oasis se está secando, en este desierto hace ya que no llueve y las únicas tormentas que hay son de arena. Ya no se pueden camuflar los gritos entre los truenos y la lluvia más que purgar, escuece. Las huellas se embarran y no dan lugar a crear otro camino, solo se cubren haciendo que no sepas cómo volver. Siempre he estado aquí. Protegido por un círculo del que no quería salir, sumido en un falso bienestar que desaparece con cada ráfaga de viento. Me siento demasiado pequeño ante el infinito del horizonte que apenas se vislumbra, cegado por el reflejo de un sol abrasador y sediento de algo que ni recuerdo. Intento avanzar, pero nada cambia. Deambulo sin rumbo En un redundante paisaje hecho de cielo y arena Mientras el frío de las noches es lo único que llega a calmar a esta alma en pena.

Talía

Nunca te llegas a cuestionar nada hasta que una noche a la hora de las brujas ellas mismas aparecen, sin recogidos de sombrero sin mascarillas de piel verde y sin escobas. Es entonces cuando las llamamos musas. Con su pelo áureo, su perfección de porcelana que desnudas nos gritan su rabia mientras nosotros las reducimos a susurros. Es entonces cuando obedecemos pensando que ellas son las frágiles y no nuestro orgullo. Las mal llamamos inspiración mientras les robamos la voz porque les tenemos miedo. Las amordazamos sumiéndolas en un abrazo opresivo Forzándolas a que nos hablen al oído,   y mandándolas callar si alzan demasiado la voz. Las reducimos a hijas de,   a la otra,   y las encarcelamos en una celda de papel. Talía, Libérate de los abrazos, grítanos en el oído hasta dejarnos sordos y haznos ver de una puta vez lo que quieres ser. No eres musa, ni eres inspiración, eres una de esas brujas que

Arded

Así ardáis. Cerdos que os alimentáis de lo que nos falta cuando no os merecéis ni las sobras. Así ardáis. En plena calle y entre cartones que así sí se arden bien. Así ardáis. Bajo el único techo de vuestra propia sombra mientras robáis la dignidad que os falta y que a nosotros, aún a duras penas, nos sobra. Lobos con piel de hombre aullándole a una luna llena de dinero. Cadáveres con cuerpo de hojalata huecos de pecho y compasión. No existe melodía que bailar en perfecta sincronía si no sois capaces de poneros en nuestro lugar. Ese que al no haber sido nunca el vuestro, ignoráis. Y así ardan los fajos de simple papel. Y así ardáis vosotros en una hoguera de muchedumbre junto a los escombros de vuestra desplomada *Torre de Babel. *La imagen de la torre simboliza la inestabilidad y la condición pasajera del hombre. La Torre de Babel desplomada simboliza al hombre caído de la gracia de Dios.Adaptado al contexto dich

Sigilosa brisa

Como un remolino volviste en otoño y con tus vientos devolviste las hojas a los arboles. De mis lagrimas brotaron entonces los frutos de un futuro presente. Del crepitar de mis rodillas de hojalata hiciste melodía y joder Qué bien sonamos cuando estamos juntos. Qué bien sienta darme de bruces contra tus caderas y dejarme los dientes en tus costillas. Qué alegría que las únicas marcas ahora sean los arañazos en mi espalda. ¿Y cómo no exhibirlos con orgullo cada mañana si eres la única que ha sabido vestirme de gala? Como una brisa te llevaste los grises y sigilosa devolviste el azul al cielo.

Qué me vas a contar tú a mi de los trileros

He decidido poner la hipocresía encima de la mesa, servirla en un plato frío para que te suene aún más familiar, coger mis puños y lanzarlos al infinito en un intento de alcanzar esa estrella para desear que nunca tengas que hacer lo mismo que yo. He decidido tatuarme en la otra mejilla un 'que te den por el culo' porque eso de ponerla sin más ya no va conmigo. Voy a desenmascarar la rabia vestida de indiferencia, a cortarle las cadenas y a dejar que me muerda. Quiero que fluya por mis venas la exasperación para destruir ruinas. Voy recrearme en los escombros y renacer de las cenizas. Voy a romper cada plato y a beberme cada vaso medio vacío. Voy a hacer de mi pecho arenas movedizas por si te da por pisarme de nuevo. Estoy harto de verdades con sabor a medias tintas, que el truco del conejo en la chistera está ya pasado de moda y yo soy más de clavar espadas de frente y a la cara sin cajas de por medio Que el suelo se ha cansado ya de mirarme a los

La cabeza bien alta, gilipollas

Voy a preguntarte eso que aún siendo evidente nadie ha tenido el valor o el descaro de preguntar. Eso que te quita el sueño, y te devuelve las miradas desafiante. Voy a reunir el coraje y preguntarte que qué ha pasado. ¿Qué ha sido de ti, y de lo que eras? ¿Dónde quedó aquella sonrisa? Esa que iluminaban tus ojos. Tu luz, ¿Dónde ha quedado? ¿Qué ha sido del chico de la alegría perenne, del de las ideas explosivas? ¿Quién ha osado transformar tu mirada? ¿Quién cojones se ha atrevido a arrebatarte tu esencia y tu determinación a la hora de subirte a un escenario? ¿Quién ha sido el capullo que ha diezmado tu orgullo tirado de tu mentón, y bajado tu cabeza? Y qué hostia tienen con la mano bien abierta esos gilipollas que te han hecho tan pequeño. Qué hostia tienen los que te han hecho vestir de coraza y los sinvergüenzas por los que has oxidado tu armadura. Qué hostia. Y qué ganas de dejarte los nudillos marcados en una pared cuando se los podrías estar de