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Mostrando entradas de septiembre, 2015

Ganas.

Tengo ganas de verte. Ganas de llegar al quinto y de que me abras en ropa interior. Ganas de tu 'hola' Y del beso que le sigue. Ganas de que me arranques la ropa, Ganas de tirarte al sofá, de acariciarte la espalda Ganas de que no puedas más. Ganas de fundirno s con cada beso, cada caricia, Tengo ganas de sentirte, De notar como se te eriza la piel, de comerte el cuello... Tengo ganas de la pared de tu cuarto, de tu ducha, y del espejo del techo. Tengo ganas del cigarrillo de después, y del que le sigue. Tengo ganas de que nos den las 4 de la madrugada entre sudor y sábanas, Ganas de tu olor y de la forma en la que me miras. No tengo ganas de quien dices ser. Tengo ganas de ti, Sin complejos, Sin tabúes, De tu esencia  al desnudo.

Sigo esperando.

Desde entonces todo ha sido muy distinto, yo me dí cuenta, y tú... bueno, a ti siempre te ha pillado todo por sorpresa. Te paseabas por mi cabeza más de lo que lo solías hacer, y el eco de tu voz se convirtió en ese típico pitido molesto que no puedes dejar de escuchar. Mi cama empezaba a ser demasiado grande, o yo demasiado pequeño, el caso es que el lado izquierdo, tu lado izquierdo, siempre estaba libre por si empezabas a pasearte también por mi cuarto y querías quedarte a dormir. Y Sigo esperando. Sigo esperando a cruzarme contigo, a la vez le temo porque no sabría ni cómo saludarte, hemos compartido tanto y nos conocemos tan poco... Quiero saber cuál es tu color favorito, o cuál es esa canción que te pone el vello de punta.  Y Sigo esperando. Sigo esperando a saber el por qué de ese tatuaje en la espalda, y  la razón de todas tus cicatrices. Incluso podría ser la cura. Quiero conocerte sin sábanas de por medio, y con la ropa p