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Mostrando entradas de 2015

Juego sucio

No sé cuando una actitud tan odiosa empezó atraerme. La manera en la que anda creyéndose la mejor  y siéndolo Esas miradas por encima del hombro, los giros de cara,  y cómo me hace sentir gilipollas a su lado. Ese maldito olor que hace que quiera tenerla más y más cerca, y sus curvas hipnóticas  que sacan lo peor de mí y yo que me dejo. El movimiento de sus labios al hablar es como si me estuviese besando cada palabra  Y esa manera tan rentable de ponerme a mil dicen que es jugar sucio, ¿Y qué más da? Me pregunto. Si sucio pienso yo,  cuando la miro.

Valentía

'No se aprende a ser valiente corriendo por delante del miedo' y mucho menos apuñalándolo por la espalda.  La valentía es dejar de correr,  darse la vuelta y esperar a que venga.  Destruir sus muros antes de que se te caigan encima porque el miedo es ruina. Valentía no es la astucia de saber evitarlo,  es llamar a la puerta de alguien aún a sabiendas de que ya no está. Valentía,  es hacerle el amor al miedo  de la manera en la que te lo hacía a ti. Mirándote a los ojos.

Ganas.

Tengo ganas de verte. Ganas de llegar al quinto y de que me abras en ropa interior. Ganas de tu 'hola' Y del beso que le sigue. Ganas de que me arranques la ropa, Ganas de tirarte al sofá, de acariciarte la espalda Ganas de que no puedas más. Ganas de fundirno s con cada beso, cada caricia, Tengo ganas de sentirte, De notar como se te eriza la piel, de comerte el cuello... Tengo ganas de la pared de tu cuarto, de tu ducha, y del espejo del techo. Tengo ganas del cigarrillo de después, y del que le sigue. Tengo ganas de que nos den las 4 de la madrugada entre sudor y sábanas, Ganas de tu olor y de la forma en la que me miras. No tengo ganas de quien dices ser. Tengo ganas de ti, Sin complejos, Sin tabúes, De tu esencia  al desnudo.

Sigo esperando.

Desde entonces todo ha sido muy distinto, yo me dí cuenta, y tú... bueno, a ti siempre te ha pillado todo por sorpresa. Te paseabas por mi cabeza más de lo que lo solías hacer, y el eco de tu voz se convirtió en ese típico pitido molesto que no puedes dejar de escuchar. Mi cama empezaba a ser demasiado grande, o yo demasiado pequeño, el caso es que el lado izquierdo, tu lado izquierdo, siempre estaba libre por si empezabas a pasearte también por mi cuarto y querías quedarte a dormir. Y Sigo esperando. Sigo esperando a cruzarme contigo, a la vez le temo porque no sabría ni cómo saludarte, hemos compartido tanto y nos conocemos tan poco... Quiero saber cuál es tu color favorito, o cuál es esa canción que te pone el vello de punta.  Y Sigo esperando. Sigo esperando a saber el por qué de ese tatuaje en la espalda, y  la razón de todas tus cicatrices. Incluso podría ser la cura. Quiero conocerte sin sábanas de por medio, y con la ropa p

Operación a corazón abierto.

Estoy a punto de entrar a quirófano y no hay nadie en la sala de espera. Me han vuelto a abrir las cicatrices antes de que pudiesen cerrar y ahora escuecen. Ya me han puesto la mascarilla de la anestesia y es gracioso porque me recuerda a tu aliento. diez, nueve, ocho, siete, seis... empiezo a perder la cuenta, mis párpados caen y todo me da vueltas. Me raja, me corta, me cose donde le viene en gana y cuando cree que ya ha hecho suficiente, me aparta y me deja a la espera de alguien que no va a llegar. Me despierto y ya no está, duele. Me levanto, me miro, y me busco. Me dan el alta, el informe y leo: Llegó roto, y ahora solo quedan costuras.

No es cuestión de gravedad, sino de peso, el caer.

Nunca había imaginado que algo así podría suceder. Siempre pensé que estas cosas solo pasaban en las películas, en las de llorar. Sin embargo un día acabas viendo que todo ha cambiado te despiertas con el único fin de volver a acostarte (con ella. y no está.) Dejas de vivir, ,de soñar. Y cuando te das cuenta ya es demasiado tarde. Has tocado fondo,  o eso crees, pero sigues cayendo. Quizás no tenga tanto que ver la gravedad del asunto, sino el peso del yunque de tus actos. Por sí solo inofensivo,  mortal si lo que pretendes es respirar. No veo la salida, y te juro que lo intento, así que dime. ¿Cómo cojones llegas a la calma si eres tú la tempestad?

Un Puto Deslíz.

Entradas y salidas sin un 'buenos días' me pregunto si de verdad te gusta esa vida, Si no te haria más feliz dormir abrazado a alguien  que va a seguir ahí en vez de conformarte con un simple desliz, Como lo que eres Como lo que fui. Un puto desliz.

¿Tú? El incendio.

Lo otro eran simulacros, ¿tú? el incendio. Paredes chamuscadas por la pasión Dejan ver entre viga y viga el vago recuerdo de un corazón roto El resquicio de lo que alguna vez ardió, y ya no. Los recuerdos, cenizas que el tiempo sopla y esparce sin llegar a ninguna parte. Intentas avanzar,  la madera cruje, se desga      rra  y se rom pe. Astillas como puñales se clavan en tu espalda cada vez que te caes y te levantan, Queman las llamas a traición y marcan mi corazón,  Ya es tarde. El fuego me consume,  me da caladas y estoy a un  '¿quién lo mata?'  de desaparecer.

Πάντα ῥεi

No consigo saber a ciencia cierta el objetivo,  efecto o causa de mi existencia. Quizás me faltan un par de tornillos, o simplemente estén pasados de rosca de tanto pensar y forzarlos a cerrar aún con las heridas abiertas. Estoy cansado de dar lo mejor de mí y recibir lo peor de los demás. Tan cansado que ni las lenguas cortan, ni los amigos duelen, ni las cicatrices escuecen. Me he rendido a la vida porque Πάντα ῥεi, pero aquí parece que el único que fluye soy yo                                                  y como un pez muerto                                                                                                          me dejo llevar.

Apenas te conozco, en realidad, apenas existes.

Desnúdame, y te desnudaré, el alma. háblame y recitaré todos tus secretos. Haz un gesto y sabré que estás pensando, y es que no,  no te conozco tanto. Pero solo hay que mirarte a los ojos para saber que el azul cielo  se vuelve tormenta cuando algo va mal, Que el verde esperanza aflora y nada puede fallar, sin embargo,  ese azul cada vez más tormenta se confunde con la tristeza  E incluso la llama que desprendías ha consumido el último ápice de ilusión que te quedaba. Ahora te preocupas más por las consumaciones, y menos por lo que consumes. Que la vida da hostias, pero sobrevivir consiste en eso,    caer y levantarse, Darse con un canto en los dientes  un par de veces,  hasta sangrar, hasta romperte . Romperte mil y una noches en camas ajenas,  y darte cuenta de la soledad del bullicio. Apenas te conozco,  en realidad, apenas existes.

Cartas a Nadie

Le escribo cartas a nadie  porque sé que me soporta,   que es el único que entiende mis delirios y parece que le importan. Le escribo cartas a nadie  porque nadie escucha y nadie entiende que sus palabras se resumen en silencio,  y sus roces en el viento. Viento que poco a poco borra las huellas en tierra prohibida como aquellas palabras nunca dichas,  en las que el mundo parecía tener sentido. Nadie sabe y nadie contesta a la llamada incierta del destino. Por eso Nadie es mi mejor amigo en la carretera que desaparece entre el humo de mis cigarrillos.

Bendita Hipocresía

Hablo desde la mentira aquella del ''nunca te traiciones'' Las personas cambian, como el invierno marchita a la más bonita de las flores. Incluso las rosas tienen espinas  ¿Sabes?  Es algo hermoso,  frágil,  doloroso, el amor,  bendita hipocresía Aquella que me hizo comprender que los momentos más amargos son, precisamente,  los que le dan el mejor sabor a los cigarros. Hipócritas las carcajadas que entre copa y copa embriagan el corazón roto de algún desgraciado Y aquí estamos,  ondeando penas en vez de banderas, siendo todo lo que nunca quisimos, Consumiendo nuestra vida con la última colilla, Sin embargo, eso es lo que nos mantiene vivos. Bendita hipocresía.