Qué me vas a contar tú a mi de los trileros

He decidido poner la hipocresía encima de la mesa,
servirla en un plato frío
para que te suene aún más familiar,
coger mis puños y lanzarlos al infinito
en un intento de alcanzar esa estrella
para desear que nunca tengas que hacer lo mismo que yo.

He decidido tatuarme en la otra mejilla
un 'que te den por el culo'
porque eso de ponerla sin más ya no va conmigo.

Voy a desenmascarar la rabia vestida de indiferencia,
a cortarle las cadenas y a dejar que me muerda.
Quiero que fluya por mis venas la exasperación
para destruir ruinas.

Voy recrearme en los escombros
y renacer de las cenizas.
Voy a romper cada plato
y a beberme cada vaso medio vacío.
Voy a hacer de mi pecho arenas movedizas
por si te da por pisarme de nuevo.

Estoy harto de verdades con sabor a medias tintas,
que el truco del conejo en la chistera está ya pasado de moda
y yo soy más de clavar espadas
de frente y a la cara
sin cajas de por medio

Que el suelo se ha cansado ya de mirarme a los ojos
y hasta el cuello me duele de agachar siempre la cabeza
Y es que a la poesía hay que echarle rebeldía
y yo ahora
me siento más poeta que nunca.

He decidido grabarme estos versos
en las costillas
por si algún día,
por algún casual,
se me olvida el modus vivendi
que a base de tropiezos
me ha permitido recoger las piezas
y patear las piedras que me has tirado a la cara.

He decidido poner dos huevos sobre la mesa
y gritarle a la indiferencia que no eres tan diferente.
Que no te mereces esta visita guiada por mi cabeza
y he decidido ponerle fin.

Así que coge tus polvos,
tu chistera,
y recoge todas esas cartas que se te han caído
de debajo de la manga.
porque a la magia
como a los trileros,
cuando les descubres el truco
pierden toda su gracia.

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