He decidido poner la hipocresía encima de la mesa, servirla en un plato frío para que te suene aún más familiar, coger mis puños y lanzarlos al infinito en un intento de alcanzar esa estrella para desear que nunca tengas que hacer lo mismo que yo. He decidido tatuarme en la otra mejilla un 'que te den por el culo' porque eso de ponerla sin más ya no va conmigo. Voy a desenmascarar la rabia vestida de indiferencia, a cortarle las cadenas y a dejar que me muerda. Quiero que fluya por mis venas la exasperación para destruir ruinas. Voy recrearme en los escombros y renacer de las cenizas. Voy a romper cada plato y a beberme cada vaso medio vacío. Voy a hacer de mi pecho arenas movedizas por si te da por pisarme de nuevo. Estoy harto de verdades con sabor a medias tintas, que el truco del conejo en la chistera está ya pasado de moda y yo soy más de clavar espadas de frente y a la cara sin cajas de por medio Que el suelo se ha cansado ya de mirarme a los
Voy a preguntarte eso que aún siendo evidente nadie ha tenido el valor o el descaro de preguntar. Eso que te quita el sueño, y te devuelve las miradas desafiante. Voy a reunir el coraje y preguntarte que qué ha pasado. ¿Qué ha sido de ti, y de lo que eras? ¿Dónde quedó aquella sonrisa? Esa que iluminaban tus ojos. Tu luz, ¿Dónde ha quedado? ¿Qué ha sido del chico de la alegría perenne, del de las ideas explosivas? ¿Quién ha osado transformar tu mirada? ¿Quién cojones se ha atrevido a arrebatarte tu esencia y tu determinación a la hora de subirte a un escenario? ¿Quién ha sido el capullo que ha diezmado tu orgullo tirado de tu mentón, y bajado tu cabeza? Y qué hostia tienen con la mano bien abierta esos gilipollas que te han hecho tan pequeño. Qué hostia tienen los que te han hecho vestir de coraza y los sinvergüenzas por los que has oxidado tu armadura. Qué hostia. Y qué ganas de dejarte los nudillos marcados en una pared cuando se los podrías estar de
Las montañas se alzan Dejando ver el cenit del ego Y el narcisismo de un cuerpo En escala, mayor que todo lo demás. Mientras tanto el suelo, humilde, Crea el camino y facilita el paso. Laderas ascendentes que crean obstáculos y Piedras en un camino sinuoso esperando cualquier descuido aprovechando el inocente traspiés del paso del tiempo. Carreteras directas que unen A con B y con C y con D y con Z Caminos que no ceden con los pesos de más, Caminos firmes y decididos que no se coronan con sus propios éxitos. Cordilleras arduas que se atribuyen el mérito intrínseco de llegar a su cima Cúspides soberbias que miran por encima del hombro los esfuerzos de la muchedumbre. Rocas que se abalanzan devolviendo cualquier Fe al humilladero Y senderos embusteros que dificultan el propósito de ascender. El camino pasa desapercibido por su sencillez Y se postra bajo los pies de los que lo siguen. Guía a los cuerpos desvalidos hacia su destino Y mi
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