Y pensar que la apatía es lo que más duele...

Se me hace cuesta arriba
escribir desde que no siento.

Se me hace cuesta arriba
el no saber cuándo es el momento
de reír
de llorar
o de sentir.

Empujo el muro de desdén que construiste
porque eso de mirar por encima ya lo hacías tú
y por los dos.
Lo siento.

Ahora solo puedo darme cabezazos
contra la apatía hacia el dolor ajeno
porque el mío

es el único que echo de menos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Qué me vas a contar tú a mi de los trileros

La cabeza bien alta, gilipollas

Soberbia