Mejor no hablemos de mis secretos.
Una noche más:
A solas con mis musas.
A solas con mis musas.
No sé si es verdad eso de que por las noches
todos los gatos son pardos,
pero eso de que las dudas asalten todas las mías
ya se ha convertido en rutina.
Piensas,
y entre pena y pena no sacas conclusiones.
Al final tenía que ser cierto.
Mi almohada conoce demasiadas montañas
hechas de granos de arena.
y mis secretos.
y mis secretos.
Mejor no hablemos de mis secretos.
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