Apenas te conozco, en realidad, apenas existes.

Desnúdame, y te desnudaré,
el alma.
háblame y recitaré todos tus secretos.

Haz un gesto y sabré que estás pensando,
y es que no,
 no te conozco tanto.
Pero solo hay que mirarte a los ojos
para saber que el azul cielo
 se vuelve tormenta cuando algo va mal,
Que el verde esperanza aflora
y nada puede fallar,

sin embargo,
 ese azul cada vez más tormenta
se confunde con la tristeza
 E incluso la llama que desprendías
ha consumido el último ápice de ilusión que te quedaba.

Ahora te preocupas más por las consumaciones,
y menos por lo que consumes.

Que la vida da hostias,
pero sobrevivir consiste en eso,
   caer y levantarse,

Darse con un canto en los dientes
 un par de veces,
 hasta sangrar, hasta romperte
.
Romperte mil y una noches
en camas ajenas,
 y darte cuenta de la soledad del bullicio.


Apenas te conozco, 
en realidad, apenas existes.

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