Apenas te conozco, en realidad, apenas existes.
Desnúdame, y te desnudaré, el alma. háblame y recitaré todos tus secretos. Haz un gesto y sabré que estás pensando, y es que no, no te conozco tanto. Pero solo hay que mirarte a los ojos para saber que el azul cielo se vuelve tormenta cuando algo va mal, Que el verde esperanza aflora y nada puede fallar, sin embargo, ese azul cada vez más tormenta se confunde con la tristeza E incluso la llama que desprendías ha consumido el último ápice de ilusión que te quedaba. Ahora te preocupas más por las consumaciones, y menos por lo que consumes. Que la vida da hostias, pero sobrevivir consiste en eso, caer y levantarse, Darse con un canto en los dientes un par de veces, hasta sangrar, hasta romperte . Romperte mil y una noches en camas ajenas, y darte cuenta de la soledad del bullicio. Apenas te conozco, en realidad, apenas existes.